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Vacunación natural: un vínculo esencial para el futuro

La desconexión de nuestros niños y adolescentes con el mundo natural es una realidad cada vez más palpable, con consecuencias directas sobre su salud física y mental. Ante este escenario, los pediatras plantean una solución innovadora y necesaria: integrar la naturaleza en la vida cotidiana de los más jóvenes como una forma de "vacunación" natural.



Ferrán Campillo i López, activo miembro de la Alianza Global para Renaturalizar la Salud de la Infancia y la Adolescencia (GRSIA), destaca cómo el contacto con la naturaleza no solo mejora la salud física y mental de los niños, sino que también los motiva a valorar y proteger el medio ambiente que los rodea.


La situación actual es alarmante: un 25% de los jóvenes apenas experimentan el juego y el aprendizaje al aire libre, y las enfermedades relacionadas con el estilo de vida sedentario y el aislamiento de la naturaleza están en aumento. La GRSIA, junto con otros colaboradores, lleva adelante un estudio a nivel nacional para entender mejor esta desconexión y buscar soluciones efectivas.


Los datos preliminares indican una tendencia preocupante hacia una menor conexión con la naturaleza conforme los niños crecen, siendo más acusada en los niños que en las niñas. Campillo subraya la importancia de fomentar este vínculo desde los primeros años de vida como un medio para combatir el déficit de contacto con la naturaleza, una condición que hoy afecta a una gran mayoría de los escolares a nivel mundial.


La propuesta de incluir la "prescripción de naturaleza" en las consultas pediátricas apunta a utilizar el entorno natural como una herramienta terapéutica más en el arsenal médico, capaz de prevenir y, en algunos casos, tratar desórdenes mentales como el estrés, la depresión y la ansiedad, cada vez más comunes entre los jóvenes. Investigaciones sugieren que con tan solo dos horas a la semana en un entorno natural ya se empiezan a notar beneficios significativos en la salud y el bienestar.


Este cambio en el enfoque pediátrico hacia la prescripción de experiencias naturales representa una evolución necesaria en la medicina, destacando la importancia de los factores ambientales en la salud. Con su credibilidad y posición de confianza, los pediatras tienen la capacidad única de influir positivamente en las familias y, a su vez, en las políticas públicas, promoviendo la salud ambiental como un pilar esencial para el bienestar infantil.


La iniciativa de acercar a los niños a la naturaleza no solo busca enriquecer su desarrollo y salud sino también sembrar las semillas de una conciencia ambiental que será crucial para enfrentar los desafíos de nuestro futuro común.

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