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Cambiarse al táper de vidrio

  • jgarvin19
  • hace 1 día
  • 2 Min. de lectura

Objetos de uso tan cotidiano como un táper contienen ciertas sustancias químicas capaces de alterar irreversiblemente el sistema hormonal; sustituir los de plástico por los de vidrio se revelan como acciones esenciales de prevención para mitigar su impacto.


Así lo han puesto de relieve Marciel Maffini, experta internacional en seguridad química y salud ambiental, especializada en cáncer y disrupción endocrina, y Jonatan Alonso, miembro de los Grupos de Trabajo de Endocrinología y Nutrición, Estilo de Vida y Salud Pública de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG).


Maffini trabaja en una organización sin ánimo de lucro de Suiza para identificar los compuestos químicos -especialmente polímeros, multicapa o funcionalizados- que se liberan de los envases hacia su contenido, aunque también lo hacen penetrando en el sistema de producción de alimentos.


Existen más de 12.000 químicos autorizados para ser usados en contacto con alimentos, según han constatado en un estudio en el que analizan las regulaciones de cinco países.


Pero aunque todas concluyen que la cantidad de químicos que liberan los envases es muy pequeña, lo cierto es que "un químico o una hormona necesita muy poca cantidad para producir un efecto biológico muy grande", ha advertido.


Además, "se asume que el químico que entra al cuerpo se elimina en 24 o en o en 48 horas", pero la exposición a ellos es tan continua que, al final, es como si fuera permanente.


"Un 99 % de la población de Estados Unidos tienen talatos en su orina", tal y como se concluyó de una muestra al azar, lo que da cuenta de esa exposición perenne a estas sustancias, de enorme impacto también medioambiental.


En la salud, "los químicos que interfieren con las funciones hormonales tienen una capacidad de cambiar el trayecto de la salud de un individuo, y eso es especialmente importante durante el embarazo y la gestación", ha proseguido la investigadora.


Su efecto "no va a ser una cosa drástica, como que un bebé nace sin un brazo o sin una pierna", sino algo a mucho más largo plazo y sin vuelta atrás: "Si algo pasó al cerebro mientras estaba generando las conexiones neuronales, no podemos establecer las conexiones de nuevo".


Tampoco es inmediato: "Hay cosas que han pasado durante la gestación que a lo mejor aparecen en la pubertad, o cuando la mujer está embarazada, o cuando la pareja no puede concebir y el varón tiene un problema testicular", ha explicado.


La científica ha apelado a la necesidad de hacer campañas de concienciación, como se hace con las ITS, para advertir de los riesgos de sustancias como os bisfenoles o los compuestos florinados.


Sin embargo, incluso los profesionales sanitarios existe conocimiento sobre el asunto e incluso algunos médicos asistentes al 31º Congreso Nacional de SEMG "están preguntando qué es un disruptor endocrino", ha señalado, por su parte, Alonso.


Reducir su exposición es la única forma de prevenirlos, Por ejemplo, usando "tuppers" de vidrio y no de plástico. "El vidrio como un material que tiene un gran reconocimiento científico y regulatorio por su inercia química, su estabilidad, fiabilidad y bajo impacto ambiental", ha concluido.


Redacción

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