El alumnado de infantil y primaria recibirá dos horas de formación al año para saber cómo actuar ante catástrofes naturales, como terremotos, incendios o inundaciones mientras que estos cursos, obligatorios desde el próximo año, serán de cuatro horas para el resto de los ciclos educativos no universitarios.
De esta forma lo plantea el plan de formación ante emergencias de Protección Civil que el Ministerio de Educación ha elaborado junto con el Ministerio de Interior y que ha presentado a las comunidades autónomas, para que lo implementen en el curso 2025-2026 en todos los centros de enseñanzas no universitarias tanto públicos como privados.
Un documento, al que ha tenido acceso EFE, y que señala unas horas mínimas de formación en emergencias que podrán ampliar los gobiernos autonómicos si así lo estiman conveniente.
Se trata de dar "conocimientos, habilidades, actitudes y valores adecuados" al alumnado "para afrontar situaciones de emergencia de protección civil de manera efectiva y segura", incide el texto del plan que incluye que la inspección educativa supervise que en todos los centros se llevan a cabo los cursos.
A partir del curso escolar que viene los centros educativos incluirán la realización del plan de formación en emergencias en su programación general anual.
El Ministerio de Educación realizará el seguimiento de su aplicación e informará de su desarrollo a la Conferencia Sectorial de Educación. También proporcionará al Ministerio del Interior información estadística del resultado de la ejecución del plan para trasladarlo al Consejo Nacional de Protección Civil.
Este programa nace tras la dana de octubre de 2024, tras la que el Gobierno aprobó un real decreto de medidas urgentes para la reconstrucción de la zona asolada por la catástrofe y un Plan de Formación dirigido al alumnado y a la comunidad educativa con el fin de que sepan afrontar fenómenos como la erupción de un volcán o unas inundaciones.
Según el borrador de este plan, la formación está orientada hacia un aprendizaje colaborativo y debe procurar la participación activa del alumnado. El plan está enfocado hacia la protección individual y colectiva, "fomentando los valores relacionados con el bien común, la prevención, el trabajo en equipo, la empatía, la solidaridad, la inteligencia emocional y las habilidades básicas para la recuperación y la resiliencia".
En cada curso escolar se impartirán en todos los niveles y etapas de las enseñanzas medidas de prevención, autoprotección y sistemas de alerta. Además habrá clases para identificar situaciones de riesgo en el entorno, así como apoyo psicológico y materias vinculadas a la "información versus desinformación en situaciones de emergencia".
La formación sobre riesgos específicos, como inundaciones, riesgos en la costa, terremotos, maremotos, tsunamis, riesgos volcánicos, incendios forestales o riesgos tecnológicos, como accidentes industriales, químicos, nucleares o de trasporte de mercancías peligrosas, será concretada por cada administración educativa según los riesgos de cada área geográfica.
La Escuela Nacional de Protección Civil facilitará al profesorado, directamente o en colaboración con las escuelas autonómicas de Protección Civil, la formación previa necesaria y las administraciones educativas reconocerán y certificarán esta formación de los docentes.
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