La respuesta es sí, el cambio climático está poniendo en jaque a algunos de los pilares de la cocina tradicional europea. Según un reciente informe del Instituto de Política Medioambiental Europea (IEEP), la producción de ingredientes clave como aceitunas, patatas y trigo está disminuyendo a un ritmo alarmante debido a prácticas agrícolas insostenibles y a las crecientes anomalías climáticas.
Juan Monteagudo, chef de estrella Michelin y propietario del restaurante Ababol en Albacete, ha notado una reducción drástica en la producción de aceitunas en su propia huerta.
Las coliflores son mucho más pequeñas de lo normal debido al frío inusual.
Esta tendencia no solo amenaza la disponibilidad de ingredientes esenciales, sino que también pone en peligro platos icónicos como la tortilla española, la lasaña italiana y la baguette francesa, fundamentales en la dieta mediterránea.
El informe del IEEP señala que en 2022 se registró la cosecha de aceitunas más baja del siglo, afectando principalmente a España, líder mundial en la producción de aceite de oliva. Además, anticipa una posible reducción del 20,6 % en la producción de trigo europeo en las próximas décadas.
Claudia Polo, cocinera española e influencer gastronómica, destaca la importancia de la cocina en la cultura mediterránea.
La comida impacta directamente en nuestro medio ambiente y en nuestro entorno más cercano.
Ella hace un llamado a la responsabilidad ciudadana en el consumo de alimentos y a la valorización de los productos locales, especialmente en áreas suburbanas donde los mercados tradicionales han desaparecido.
En Italia, Antonio Chiodi Latini, chef del restaurante Il Cuoco Della Terra de Turín, reflexiona sobre la necesidad de una profunda reverencia por el medio ambiente. Mientras tanto, en Polonia, el chef Michal Snela pide acciones concretas para proteger los suelos y preservar la cocina nacional.
Melanie Muro, analista principal de políticas del IEEP, subraya que aunque hay incertidumbre sobre la magnitud exacta de las futuras pérdidas de cosechas, medidas adaptativas podrían mitigar estos efectos. Entre las propuestas del IEEP figuran la plantación de setos, la creación de paisajes agrícolas diversificados y la protección de los hábitats naturales para mejorar la retención de agua y aumentar la biodiversidad beneficiosa para la agricultura.
IEEP, cocineros y organizaciones ecologistas están instando a la implementación de la Ley de Restauración de la Naturaleza, recientemente aprobada por el Parlamento Europeo pero aún pendiente de votación final en el Consejo.
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